M. era el seudónimo de Mahendra Nath Gupta. Nació en
Calcuta el 14 de julio de 1854. Sus padres eran personas
espirituales y él estaba profundamente dedicado a su madre.
A los cuatro años, fue al Festival de Car en Mahesh con su
madre y visitó Dakshineswar de regreso. Es probable que esta
haya sido la primera vez que vio a Sri Ramakrishna. Desde su
infancia, M. tenía inclinaciones místicas. Fue un estudiante
brillante y adquirió profundos conocimientos en literatura
inglesa, filosofía occidental y otras materias.
Después de graduarse, M. se dedicó a la profesión de
maestro y sirvió como director en varias escuelas. Una
tarde, fue a dar un paseo con su sobrino Sidhu al jardín del
templo de Dakshineswar. Estaba en un estado de ánimo
deprimido, pero el encuentro posterior con Sri Ramakrishna
eliminó toda tristeza. En su segunda visita, intentó
discutir con Sri Ramakrishna y recibió una reprimenda del
Maestro. Como él mismo lo describió más tarde, su ego fue
aplastado. Siguiendo las instrucciones del Maestro, M.
practicó el sannyasa interior, sin dejar de cumplir con sus
deberes y responsabilidades mundanos.
M. solía anotar las palabras de Sri Ramakrishna para
reflexionar sobre ellas antes de volver a encontrarse con
él. Dotado de habilidades artísticas y una memoria precisa,
recreaba vívidamente por escrito lo que había visto o
escuchado en presencia del Maestro. Después de la muerte de
Sri Ramakrishna, algunos discípulos le pidieron que
publicara el diario, pero él dudaba. Solo después de la
aprobación de Sri Sarada Devi sintió que tenía la aprobación
divina. El Evangelio de Sri Ramakrishna, o Sri Sri
Ramakrishna Kathamrita como se llama en bengalí, no solo ha
inmortalizado a M., sino que también se ha convertido en
fuente de consuelo y esperanza para millones hoy en día.
Acerca del nuevo Evangelio, Aldous Huxley comenta en su
prólogo: "Nunca se han registrado con tanta fidelidad las
expresiones casuales y no estudiadas de un gran maestro
religioso".
M. visitaba regularmente el Monasterio de Baranagore y
apoyaba a los discípulos monásticos de todas las maneras
posibles. El 4 de junio de 1932, M. dejó su cuerpo en plena
conciencia, pronunciando "Madre, Gurudeva, llévame en tus
brazos"